Entras sin hacer ruido y en seguida notas que, aunque no demasiado grande, ésta es sin duda la habitación el capitán, bien decorada y con una banderola con los colores nacionales ensuciados por simbología fascista. En la mesilla de noche, ves la foto de un hombre -sin duda el líder del grupo que en tantos apuros os ha puesto- posando orgulloso con el autonombrado Caudillo y Generalísimo de España. Colgado sobre un pequeño escritorio ves un botiquín. Puede que algo en su interior te sea de utilidad.