-Disculpe, señor, ¿es usted de la zona?- tus compañeros sirven de distracción mientras tú, bordeando una pila de cajas de madera carcomida, logras hacerte invisible y acercarte con cautela a la popa del barco. Sonríes con orgullo pensando en tu equipo cuando desde allí ves como logran mantener al centinela ocupado y te permiten saltar a la cubierta sin que te detecten. Te das cuenta de que dispones de poco tiempo y de que has de actuar con rapidez.