Tu decisión se muestra inmediatamente equivocada. Has elegido un medio de transporte al que, por tu siglo de procedencia, no estas habituada. Por lo que te contaba Alonso, pensabas que sería más fácil utilizar una motocicleta, pero no logras controlarla y, cuando ha tomado una velocidad excesiva, pierdes el control y sales disparada. Tus compañeros se desentienden de vuestro objetivo y se apresuran a llegar a tu lado. Julián te hace un chequeo rápido.

-Amelia, tu pierna…-te sorprende no haberlo notado, pero tienes una fractura de bastante feo aspecto en tu pierna derecha. Protestas a tus compañeros, apelas a tu papel de jefa pero son inflexibles.

-Nos volvemos a 2015, no hay otra opción- zanja Julián-. Puedo hacerte un cabestrillo pero tienes que recibir tratamiento en un hospital.

-Otro equipo acudirá y terminará la misión.- te intenta tranquilizar Alonso. Asientes, a regañadientes. Julián hace un buen trabajo estabilizando tu pierna, y Alonso te lleva con afecto al pueblo. Esperas que el Ministerio actúe rápido y controle el problema con las bombas, pero por tu torpeza vuestro papel en Palomares ha terminado.