Aún siendo con mucho el barco más grande del puerto, no es mucho lo que tienes para investigar en la cubierta superior, la única a la que te aventuras. Junto a la sala del timón, que evitas por estar demasiado expuesta, hay una zona común lujosamente decorada, presidida por una bandera de España con el escudo sobreimpresionado con el águila de San Juan. Sobre la mesa ves un mapa detallado de la región, en el que se han marcado una serie de puntos señalados. No es la primera vez que ves esos puntos. Ya los viste en el despacho de Salvador, cuando Ernesto os mostró los puntos en los que cayeron las bombas de Palomares. Tragas saliva. ¿Quién puede conocer esas coordenadas, con anterioridad a que se produzca el accidente? No es este el lugar para ponerte a pensar en ello. Recorres de nuevo el camino andado y vuelves al puerto, donde sabes esconderte para reencontrarte con tus compañeros sin que te vean. Has de contarles cuanto antes lo que has visto; la misión puede ser aún más importante de lo que pensabais