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Doctor Who: La plaga Roseta; Impresiones de una partida

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Hace unos días jugué una nueva partida de Doctor Who con mi equipo habitual; el noveno Doctor, antes de lo visto en la serie, Acebuche, un miembro del bosque de Cheem, buen historiador pero con algún problema para recordar los cincuenta millones de siglos de su Historia, y Charlie, un trabajador de baja cualificación de una cadena de ultramarinos con un extraño pozo en su memoria y una extraordinaria capacidad para montar y desmontar armas en un tiempo record.

La partida que jugamos fue “La Plaga Roseta”, una historia incluida en la guía de criaturas del juego de rol de Doctor Who de Cubicle 7, bastante tuneada para explotar todo su potencial. Si sois potenciales jugadores de Doctor Who, quizá esta historia os resulte interesante para ser jugada en vuestra crónica.

El grupo se materializó en el año 7500, en una nave krillitane, una raza conocida por su gusto por cambiar su dotación genética de forma habitual. La nave se encontraba orbitando en el lado oscuro de un planeta desértico, y sólo brillaban las luces rojas de emergencia. Intrigados, el doctor y sus acompañantes investigaron la nave, y se encontraron al capitán y a la piloto, asustados y armados. Dicen que llegaron al planeta hace unas horas, con interés arqueológico, pero que la nave empezó a fallar y muchos de los hombres de la tripulación dejaron de presentarse a sus puestos, aunque el ordenador les sigue localizando en la nave. Junto a los Krillitane, el grupo explora en busca de los tripulantes e intenta reparar los daños. Para su horror, descubren a algunos de los tripulantes desaparecidos, ¡pero están infectados de una extraña enfermedad que les hace no atender a razones y les lleva a una furia asesina! ¿Zombis en Doctor Who? Con una peculiaridad; los zombis repiten continuamente “La muerte“. Evitando a los infectados y a golpe de carrera y de destornillador sónico, el grupo avanza, pero la piloto es mordida. Evidentemente, contrae la enfermedad, pero cuando enloquece e intenta matarlos (prudentemente había sido encadenada a unas tuberías), ya no grita “La Muerte“, sino “Caerá“. Los viajeros en el tiempo se dan cuenta de que, en función de si han sido infectados antes o después, los zombis repiten una única palabra (o palabras, es lo que tiene el castellano y su dependencia de los artículos) “La Muerte” “Caerá” ” “Sobre” “Todos” “Vosotros” “Cuando“… El ingenio del doctor entra en juego. Utilizando las instalaciones médicas de los Krillitane, descubre que los alienígenas han sido afectados por un extraño virus (duda a la hora de llamarlo así, y luego descubrirá que no sin razón), que muta tras afectar a unos pocos sujetos añadiendo texto a un mensaje completo; su descubrimiento le lleva a anticipar que el virus mutará nueve veces, y que el mensaje tendrá ese número de palabras. El cápitán les dice que llegaron a este planeta hace unas horas, recalando en la cara oscura del planeta para descender en busca de objetos de la civilización que habitaba este mundo; “Los Kribim” aclara el Doctor”. Nadie sabe porqué se extinguieron“. También añade el capitán krillitane una información adicional. La nave está programada para autodestruirse cuando el 90% de la tripulación esté infectada con un agente patológico incontrolable, para evitar plagas; “tecnología krillitane“, añade el capitán, con cierto orgullo; ahora el grupo compite contra la infección, contra los zombis y contra el tiempo.

Los jugadores insisten en ir a ver los objetos que subieron del planeta, en los cuales sin duda subieron los microorganismos que ahora se extienden por la nave. Entre ellos localizan una rara efigia con un símbolo grabado. Con ese objeto para investigar, el Doctor descubre que dichos microorganismos no son un virus, ¡sino la propia raza Kribim, que se mutó a sí misma a una única consciencia constituída por seres microoscópicos para sobrevivir! El señor del tiempo quiere comunicarse con los Kribim, y sólo cuenta con una manera de hacerlo; contagiarse de la enfermedad. Los terrestres son inmunes a la infección, que se extiende como la pólvora entre los krillitane, por la variabilidad genética de estos. Los señores del tiempo “gozan” de una mutabilidad similar; además, el Doctor lleva 9 personificaciones a sus espaldas, ¡una por cada palabra del mensaje que los Kribim quieren transmitir! El mensaje se completa ¡y los personajes descubren que el Sol matará a todos cuando salga por el otro lado del planeta! El Doctor se queda en la TARDIS, hablando ante el espejo con la conciencia que ahora le acompaña, mientras sus acompañantes se dirigen a detener el avance de la nave y mantenerla en la sombra del planeta.

Los Kibrim, ahora adaptados a la forma de vida microoscópica para sobrevivir a la catastrofe que asoló su mundo, le cuentan al Doctor que su Sol cambió y sus radiaciones arrasaron su mundo. Ellos se adaptaron y se trasladaron al subsuelo, pero los krillitane se llevaron el receptáculo donde vivían. Intentaron advertirles, pues el Sol acabaría con todos en pocas horas, pero sólo consiguieron infectarles. Ahora, podrán salir de sus cuerpos y, con ayuda del Doctor, sus acompañantes y los krillitane, podrán volver al planeta. Así, Kribim, Krillitane y tripulantes de la TARDIS acaban la aventura con un buen susto en el cuerpo, pero satisfechos, sin ninguna baja y con algún que otro misterio resuelto.

La partida fue bien, muy divertida (al menos para el narrador) y todos los personajes fueron útiles a la trama. El sistema funcionó bien, y el uso de los Puntos de Historia se va normalizando (y popularizando) entre los jugadores a la hora de incluir elementos narrativos. Quizá se me hagan demasiados Puntos de Historia para cada jugador, pero con el tipo de aventuras que se viven, y con niveles de dificultad bajos, en los que prima es la trama, no hay pega que se le pueda poner al sistema.

La Plaga Roseta es la segunda aventura de la crónica que estoy jugando. La primera fue Queridos hermanos, ambientada en los 1981, y que incluía una nave estrellada en la campiña inglesa. y de ella os daré todos los detalles en un tiempo. La tercera seguramente sea La amenaza Iytean, del viejo juego de Doctor Who de FASA, y llevará a los jugadores al Londres victoriano. Así hasta 12 capítulos que conformarán una temporada completa y autoconclusiva, la saga de “La leyenda del Peregrino“.

Cada aventura incluye detalles de la trama general que los jugadores aún no han notado pero que pronto notarán.

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Comentarios
  1. Máster novelista!

    • Goblin Voyeur Goblin Voyeur

      ¡Indie! ¡Noruego!

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