-Señores, hagan las maletas. Parten a 1969.
Amelia adopta una expresión seria.
-¿Otra vez Karinna?
Salvador se quita las gafas con un gesto casi ceremonial.
-En esta ocasión no es Eurovisión.
Julián intenta recordar sus desaprovechadas clases de Historia.
-¿El gol de Marcelino…?- tantea. Alonso se arregla el bigote.
-¿Fútbol? Pues como a mi no me aclaren lo del fuera de juego…
-A ver señores- les interrumpe Salvador-, tengan miras más altas.
Ernesto arroja un expediente sobre la mesa. El equipo se incorpora de sus sillas para curiosear.
-Apolo 11- dice el Jefe de operaciones-. El hombre pisa la Luna por primera vez.
Alonso de Entrerríos abre los ojos de par en par.
-¿Los españoles… llegamos a la Luna?- inquiere, entre el orgullo y la sorpresa.
-No en el primer viaje- le aclara Julián, en confianza. Amelia toma la palabra, con tono profesional.
-¿Qué tiene que ver España con la Historia de los Estados Unidos?
-Desde lo de la bromita del Maine, todo tiene que ver con la Historia de Estados Unidos- musita Salvador, casi para sí. Ernesto abre el expediente. Una foto de Aldrin en la superficie lunar junto a la bandera americana intriga a Amelia y agita a Alonso.
-El Apolo 11 despegó de Cabo Cañaveral el 16 de Julio de 1969. La rotación de la Tierra y la duración del viaje impedía que una misma antena captase en todo momento las señales de la nave, por lo que se necesitaron tres estaciones de seguimiento para que vigilasen su progreso. Una en California, otra en Australia…
-Y una tercera en Fresnedillas, Madrid- retoma Salvador-. Un orgullo para nuestra Historia que hoy, como tantos otros, está prácticamente olvidado.
-Bien por Fresnedillas- ironiza Julián-. Pero, ¿qué tiene eso que ver con el Ministerio?
-Paciencia, señor Martínez. Ernesto, proceda.
El jefe de operaciones del Ministerio gira su portátil hacia el equipo, mostrándoles un vídeo en blanco y negro en el que un equipo de técnicos se concentran en su trabajo ante primitivas computadoras y desproporcionados equipos de telecomunicación.
-El hijo de Margarita trabaja digitalizando los archivos de Televisión Española y se fijó en esto- Ernesto pausa la imagen y amplía una sección de la pantalla.
-¿Margarita?- pregunta Julián.
-La del catering- la imagen se centra en una de las personas que entre aparatos de comunicación y computadoras, recorre la habitación-. Reconocerán ustedes a este hombre.
Alonso da un respingo en su asiento.
-¡Soy yo! Y se me ve preocupado…
-En efecto- asiente Salvador-. Margarita le reconoció y nos consiguió la película. Admitirán que es intrigante.
-Pero yo no he estado allí.- apunta el soldado. Ernesto parece quitarle importancia a ese comentario.
-Pero estuvo. O estará. Ya sabe lo difícil que es conjugar en este Ministerio.
-Así que aunque resulte extraño- continúa el veterano subsecretario- deberán ir al pasado para descubrir porqué han ido al pasado.
-¿Pero no descubriremos entonces que hemos ido a ver porqué hemos ido al pasado?- pregunta Amelia, confundida.
-No necesariamente- expone Ernesto-. Puede que el Alonso del vídeo haya viajado en misión oficial y si no enviamos a nadie, no sabremos a quién persigue y la misión Apolo estará en peligro. ¿Saben leer en los labios? Parece que dice “puede estar en cualquier parte”.
-¿Quién puede estar en cualquier parte?- se pregunta Amelia, preocupada. Salvador asiente.
-Si por añadidura atendemos al gesto de preocupación que muestra Alonso en el vídeo, es probable que nuestro amigo esté enfrentándose a un peligro o enemigo que aún desconocemos.
-Además, si no vamos- continúa Julián, lanzado- Alonso no saldrá en ese vídeo y la paradoja podría hacer colapsar el universo.
Salvador agita las manos, impaciente.
-Tranquilos, el Universo no es muy de colapsar. Pero admito que nos encontraríamos en un brete. Su equipo viajará al pasado y verificará que no hay nadie por ahí intentando comprometer la Historia.
-Así que iremos a Fresnedillas y descubriremos si alguien ha viajado a ese momento, y porqué- sintetiza Amelia-. Con discreción, por supuesto…
-Por supuesto. Huelga decir- añade Ernesto, experto en añadir presión extra a cada misión- que el proyecto Apolo no sólo es un hito en la exploración espacial, sino un hecho destacado en la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la URSS. Una confusión, un malentendido entre ambas potencias, y las consecuencias serían…
-Dramáticas, sí- quita importancia Julián-. ¿Algo más?
-Puerta 711. Nuestro contacto en 1969 les esperará al otro lado- Salvador vuelve a sus papeles, pero les mira cuando se levantan-. No permitamos que la Carrera Espacial se rompa por el eslabón español.
Hola, comenté en la siguiente historia también.
Me gustó más la primera (esta), pero las dos son geniales!
Saludos